"El dolor sana, las mujeres dejan cicatrices, pero la grandeza, por más breve que sea, se queda con el hombre".

domingo, 21 de febrero de 2010

Coplas Jorge Manrique (Forma)

ANÁLISIS DE LA FORMA


A. Estrofas 1ª - 3ª : En estas tres estrofas nos hace una pequeña introducción de lo que posteriormente va a decir. La vida es un camino que nos conduce a otra mejor, a la vida eterna. Es un camino muy breve ; el presente es muy fugaz, se contempla como cosa pasada, y no hay que creer que el futuro va a durar más que el pasado ya que el paso del tiempo es siempre igual, el tiempo futuro transcurrirá con la misma fugacidad. Pero al final este camino que es la vida va a tener su fin, un fin que llega a todo el mundo igualadoramente, ya que no importa quien seas porque la muerte es algo que nos llega a todos.

B. Estrofa 4ª : En esta estrofa va a dejar a un lado todo lo pagano, solamente invocando a Cristo. Pondrá su obra bajo la advocación de Cristo.

C. Estrofas 5ª - 6ª : Aquí nos explicará cómo esta vida es un camino en el que hay que prepararse bien para llegar a la otra vida. Este mundo si lo usamos bien es bueno y para que el otro también lo sea y podamos ir al cielo hay que hacer buen uso de él. En la última sestilla Manrique nos dice como Cristo también bajó a este mundo para nacer y morir.

D. Estrofas 7ª - 13ª : Aquí nos hablará de la caducidad de los bienes terrenales. Las cosas materiales no tienen ningún valor ya que antes de morir las hemos perdido. Algunas, como la belleza y la juventud, desaparecen con la edad y otras al morir se quedan aquí, en este mundo, como el poder y la fortuna y cuanto mayor sea el poder o la fortuna, la caída será mayor y a la vez más dura.
           
            Las riquezas materiales son propias de la rueda de la fortuna, es decir, un día puede que seas muy rica y el siguiente ya no, por eso no hay que agarrarse a los bienes terrenales. Como bien hemos dicho anteriormente, los deleites de la vida son temporales pero al contrario los tormentos del infierno son para siempre por lo que es sugerible hacer buen uso de esta vida para poder descansar y tener una buena vida eterna. Pero hay que tener cuidado ya que los placeres de esta vida son caminos llenos de trampas que nos llevan a la muerte y solo las descubrimos cuando nos llega esta. No nos esforzamos en mejorar espiritualmente el alma así como si fuese la imagen lo haríamos,  y aquí erramos.

            En Las coplas a la muerte de su padre se recoge una constelación de temas procedentes del complejo cultural elaborado a lo largo de toda la Edad Media. Este bagaje tradicional sobre el que se construye nuestro poema queda definido por un conjunto de tópicos en torno a los cuales se articula el pensamiento medieval. Estos tópicos consisten en una serie de verdades que, sancionadas por la autoridad de la Iglesia, eran asumidas con toda sinceridad. Sobre ellos se sustentaba una visión global del mundo que establecía el cauce del comportamiento humano. Manrique lleva a cabo una cuidada selección de estos temas básicos y nos los presenta formando un entramado que los relaciona hábilmente entre sí. Esta es la razón de que en su poema se haya querido ver una brillante síntesis de la cultura medieval. Se puede decir que en esta primera parte temas más importantes son los siguientes:
- La muerte como igualadora. La muerte llega a todo el mundo, no importa quién y cómo seas (rico, pobre, libre, esclavo...), la muerte nos iguala a todos.
- Fugacidad de la vida, paso del tiempo. La vida es muy fugaz, el tiempo pasa muy rápido, tan rápido que para cuando te das cuenta te a llegado la muerte.
- La caducidad de los bienes terrenales. Los bienes mundanales ( belleza, juventud, fortuna, poder...), con el paso del tiempo y la muerte se terminan, desaparecen. Manrique va a rechazar los bienes terrenales.
- La vida es como un camino: “homo viator”. La vida es un camino que nos guía a la verdadera vida, es decir, a la vida eterna. Identifica la vida con un río que nos lleva a la muerte y con un camino hacia la vida eterna.
- Variabilidad de la fortuna. La fortuna es muy  variable, un día puede que seas muy rico pero tal vez al siguiente, al despertar, todo haya desaparecido.

Manrique para trasmitirnos todo esto se a valido principalmente de la narración a pesar de que se pueda observar la descripción. En este caso a elegido el plural de modestia mediante el cuál el lector se siente incluido y participante de la misma perspectiva que el autor, cave decir que es una perspectiva subjetiva ya que es fruto de sus propios sentimientos y vivencias. El tono se podría decir que es alegre pero a la vez melancólico. Manrique presenta una postura negadora del mundo ante la muerte, que la ve como una liberación de este destierro y, por tanto, se la recibe con alegría porque nos abre las puertas de la eternidad. Pero si observamos la quinta estrofa, ya no hay alegría. A pesar del convencimiento Cristiano de la transistoriedad de los bienes de este mundo y de la perennidad de los espirituales, la pérdida de los terrenales deja un fondo de melancolía en el poeta.























Segunda parte

Se extiende desde la copla catorce a la veinticuatro. En ellas describe ejemplos de contemporáneos suyos que emplearon su vida en placeres efímeros, como el poder, la
belleza, la riqueza, etc., que no pueden sobrevivir a la muerte. Frente a estos ejemplos, recuerda que debemos cuidar nuestra alma pera ganar el favor divino.
Manrique hace alusión a que por medio del poder no se alcanza la “tercera vida de la fama”. Por más poderosa que sea una persona, lo que ha conseguido con su poder no dura más que hasta la muerte.
En otra copla, hace alusión a la fugacidad del dinero. También se refiere al poder igualitario de la muerte.


Tercera Parte

Abarca desde la copla veinticinco hasta la treinta y tres. Relata las hazañas y las virtudes de su padre, el Maestre D. Rodrigo, a quien describe como un hombre muy virtuoso, resaltando su religiosidad, generosidad, lealtad, y valentía. En su interés laudatorio lo compara con grandes personajes históricos como Julio Cesar, Constantino, Marco Aurelio, Trajano y otros. Consideraba que su padre nunca estuvo en pecado, puesto que a pesar de poseer tierras y tener grandes influencias, estos bienes materiales los había conseguido luchando por la Iglesia contra los moros, y posteriormente pactando con inteligencia.

Por último destaca su lealtad al rey y que al final, después de una vida virtuosa el Maestre Don Rodrigo murió en su villa de Ocaña rodeado de su familia.



Cuarta Parte

Esta última parte de la obra, desde la copla treinta y cuatro a la cuarenta, desarrolla el diálogo que establece la muerte con su padre. La muerte explica a D. Rodrigo las razones por las cuales debe llevarle.

Al contrario que en todas la obras literarias anteriores a Manrique, aquí la muerte aparece como algo podría decirse que bueno. Manrique la representa educada y gentil, como una voz que pide permiso al muerto; no cómo en obras literarias de la Edad Media o del siglo XIV en las que la muerte es macabra y despiadada.

Por último alude a las tres vidas en las que él cree; la vida terrenal, que abandona su padre; la vida eterna, a la que accederá Don Rodrigo gracias a la virtuosa vida que llevó en la tierra; y por último a la vida de la fama, del recuerdo de todos hacia un difunto, a esta vida también accederá su padre ya que ha sido muy bueno y será recordado por todos.

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